Every time we say goodbye

...me despierta tu aliento en mi nuca diciendo en un susurro "tengo que marcharme", y lo mismo que siento esa pequeña losa en el corazón cada vez que me separo de ti, de la misma forma siento tu peso en mi espalda, tu cuerpo contra el mío, tu polla buscando su espacio, así que sonrio con la boca contra la almohada y pasados unos instantes interminables puedo decir "creí que te marchabas", y no me sorprende oir tus labios haciendome cosquillas en la oreja "todavía tengo unos minutos", antes de empezar con el viejo ritual, la misma danza, el conocido tacto áspero de tus manos, el roce húmedo de tu boca en mi cuello, en mi espalda, es como una canción conocida que no me canso de escuchar ni de cantar, ahora me abrazas, ahora te abrazo, intentamos que no quede entre los dos ni un espacio hasta que sin saber como ocurre estás intentando entrar -estas entrando-, me duele, grito "joder, me haces daño" y aún así me aferro a ti como si fueses mi único salvavidas, "para" te digo en voz baja, "no quieres que pare" le dices a mi cuello y yo te abrazo aún más fuerte con una lágrima corriendo por mi mejilla, porque luego te creces, sé que te creces, entonces aparto tu rostro de mi hombro porque quiero ver como tus ojos cambian de color cuando te corres como lo hace el agua de un río de aguas turbulentas, tu recoges esa lágrima con la punta de tu lengua y juntos nos embarcamos en un viaje sin destino...hasta que todo termina, hago un leve intento por retenerte, porque detesto el frío que tu ausencia deja en mi cuerpo, pero te levantas, apartas de mi tu cuerpo amado y venerado, y vuelvo a sentir que muero, que muero un poco en cada despedida...